Dentro del papel del ejército de tierra, hay muchas especializaciones, con objetivos muy claros. Cada unidad militar tiene un cometido muy concreto. En el post de hoy, nos queremos detener en unos de ellos: los zapadores.

Estos militares se encuentran en compañías de ingenieros y son fundamentales en la batalla, así como en cualquier otra situación límite. Un buen ejemplo de ello es el protagonismo que adquirieron con el temporal de Filomena, sin ir más lejos.

Ahora bien, ¿qué son los zapadores? ¿a qué se dedican? Aquí, os vamos a responder a estas y otras cuestiones.

¿Qué son los zapadores?

Los zapadores son militares enclavados en una unidad de ingeniería. Su principal cometido, en la batalla, es favorecer el movimiento de las tropas en el combate, ¡o entorpecer la del enemigo!

Dependiendo de su función, pueden ser de combate o de servicio. Para facilitar la movilidad, se encargan de todo tipo de actividades, como asegurar los caminos y las estructuras necesarias para el paso de las tropas de combate.

Su tarea es fundamental para el avance del ejército. Al adelantarse al resto de tropas, se trata de una unidad cuyo trabajo entraña un gran peligro, por lo que los zapadores son muy apreciados dentro del ejército.

Solo hay que escuchar el himno de los zapadores para constatarlo: “Ingeniero Zapador; bajo balas y metralla, en medio de la batalla, trabajando con ardor; Ingeniero Zapador, ¡tú serás siempre el mejor!”

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Trabajo de los zapadores

El trabajo de los zapadores se centra en la estrategia y táctica del ejército, por un lado, y de la logística, por el otro. Así, los batallones de zapadores son los encargados de determinar los recursos para la construcción y mantenimiento de infraestructuras.

En el aspecto táctico militar, los zapadores constituyen una unidad de avanzadilla, con la que conseguir un camino seguro para el paso de las tropas. En este sentido, la labor que ejecutan es de lo más variado. Tienen que asegurar los caminos a la infantería, limpiándolo de obstáculos que pueda haber, incluyendo la desactivación de minas.

Dentro de las estructuras, otro punto importante reside en el de salvar fosos o ríos, teniendo como misión la construcción de puentes o la utilización de vehículos pesados, como los carros lanzapuentes, para salvar con la mayor celeridad posible cada uno de los obstáculos.

La gran variedad de cometidos hace que los zapadores tengan, a su vez, una serie de especializaciones.

Los mandos y militares de los zapadores son los más experimentados en explosivos de todo el ejército, tanto para activación como desactivación de los mismos. De la misma forma, hay especialistas en albañilería, mecánica o electricidad. Otro de los cometidos de los zapadores estriba en la conducción de y manejo de maquinaria pesada o de grúas.

Los Zapadores en el Ejército Español

Como ya hemos comentado anteriormente, los zapadores se incluyen dentro de las unidades de ingeniera. Pues bien, en España, la creación del primer Cuerpo de Ingenieros se retrotrae al año 1711. Ahora bien, por entonces, no se contemplaba la creación de Unidades permanentes en el ejército.

cuchillo zapador

Para encontrar el origen de los batallones de zapadores actuales, nos tenemos que trasladar a principios del siglo XIX. Más concretamente, al año 1802, con el nacimiento del Regimiento Real de Zapadores-Minadores. Se trató de una de las especialidades más tempranas de la ingeniería.

Historia de los zapadores

Desde hace siglos y siglos, la figura del zapador ha sido esencial en cualquier batalla.

La primera referencia de una figura encargada de facilitar la entrada de los ejércitos la encontramos en el Antiguo Imperio Asirio, donde había una figura específica encargada de abrir brecha en las murallas del enemigo, con hachas y antorchas.

Con la antigua Grecia, existían funciones diferentes, como la de los gastadores, los cuales “allanaban” el terreno a los ejércitos mediante la tala de bosques o construyendo puentes.

También existían, por entonces, los zapadores. ¿Y por qué se llamaba a sí? Porque su cometido era excavar con una zapa a pie de la muralla, para luego, mediante antorchas, conseguir que cediera la pared de la muralla. Esta técnica también la utilizaron los romanos y se extendió durante la Edad Media, incluso hasta la época napoléonica.

Sin embargo, en esos momentos ya se utilizaba la pólvora como exclusivo apara el derribo de las murallas.

Obviamente, con los años, el trabajo de los zapadores ha ido evolucionando, tanto en recursos como medios, para conseguir su cometido, con puestos como la conducción de maquinaria pesada, oficios de construcción o reconocimiento de terreno.

Eso sí, su objetivo sigue siendo igual de importante que siempre. Un motivo de orgullo. Por eso, todas las mañanas gritan: zapadores, ¡a la misión!