Si uno de tus pasatiempos favoritos es pasar tiempo en la naturaleza, hacer excursiones por la montaña o acampar al aire libre, este blog en el que te explicaremos cómo hacer un refugio de supervivencia te pude ser muy útil en algún momento.

Ganar la batalla por la supervivencia en una situación de emergencia o de desastre es uno de los mayores desafíos que puede enfrentar cualquier persona. En estos casos que puedas tener la disponibilidad un refugio de supervivencia adecuado es esencial. Vamos a comenzar explicándote los diferentes tipos de refugios de supervivencia que existen y cómo pueden ayudarte a sobrevivir en situaciones de emergencia.

Tipos de refugios de supervivencia

Refugio natural

El refugio natural es el tipo de refugio más básico y fundamental al que se puede recurrir en una situación de supervivencia. Puede ser una cueva, un árbol hueco, una roca grande o incluso un agujero en el suelo. Lo bueno de estos refugios es que los puedes encontrar en la naturaleza y no tendrás que intervenirlos o construirlos, tan solo utilizarlos.

Como consejo, cuando utilices un refugio natural, asegúrate de que esté seco, libre de agua estancada y de insectos peligrosos. Además, debe estar ubicado en un lugar seguro y accesible.

Refugio improvisado

Un refugio improvisado es un refugio temporal que se puede construir utilizando los materiales que tengas disponible en la zona. Estos pueden ser construidos con ramas, hojas, hierba, plásticos, lonas, y otros objetos que puedas encontrarte en la naturaleza. Un refugio improvisado puede ser una excelente opción si no hay refugios naturales disponibles.

Para construir un refugio improvisado, es importante encontrar un lugar seguro y protegido del viento y otros elementos. Luego, se pueden recolectar ramas y hojas para hacer un refugio de paredes o se puede utilizar una lona o plástico, para darle forma de tienda. Es importante que te asegures que el refugio sea lo suficientemente grande para que puedas acostarte cómodamente.

Refugio de tierra

El refugio de tierra es un refugio construido bajo tierra. Puede ser un agujero en el suelo que ya exista o que tengas que cavar, o bien una madriguera vacía. Estos refugios son excelentes para mantenerte protegido de climas extremos y de los animales peligrosos. Para construir un refugio de tierra, es importante encontrar un lugar seguro y accesible.

Si tienes que construirlo tú mismo, tendrás que cavar un agujero en el suelo que sea lo suficientemente grande para que puedas acostarte cómodamente. Es importante que te asegures de que el refugio esté cubierto con ramas, hojas, hierbas o cualquier otro material disponible para evitar que el agua o la nieve se cuelen al refugio.

Refugio de nieve

El refugio de nieve es un refugio construido con nieve. Es una excelente opción si se encuentra atrapado en una tormenta de nieve. Para poder construir un refugio de nieve, deberás recolectar bloques de nieve y apilarlos en forma de iglú. Es importante asegurarse de que el refugio tenga una entrada y una salida para permitir la circulación del aire.

El refugio de nieve es una excelente opción para mantenerte caliente cuando el frío azota con fuerza y tu única opción es la nieve que te rodea.

¿Cómo hacer un refugio de supervivencia?

Ahora que ya sabes los tipos de refugios que existen, vamos a proceder a explicarte cómo realizar un refugio de supervivencia improvisado ya que es uno de los más socorridos y más sencillos de hacer.

Revisa la zona y encuentra el mejor punto para tu refugio

Lo primero que tienes que hacer es buscar dos árboles, o piedras en lo alto, que se encuentren a un metro y medio aproximadamente del suelo, y a unos 3 metros de distancia entre sí. Si tienes posibilidad de establecerte de una roca grande, hazlo ahí, esto te ayudará a resistir las inclemencias del viento y mantener encendido el fuego.

En caso de que no dispongas de dos soportes, puedes decantarte por construir un refugio con forma de cobertizo.

 Busca una rama larga para que sea el soporte de tu refugio

Asegúrate de que la rama sea un poco más larga que la medida que hay entre los árboles que has elegido para tu refugio, y que además tenga la rigidez suficiente para sujetar el resto de ramas que dispondrás.

Cuando la hayas seleccionado, colócala entre dos ramas en la que tenga una buena sujeción.

Encuentra y apoya ramas más pequeñas sobre la rama principal

En este caso puedes utilizar ramas más pequeñas y delgadas. Lo ideal es que tengan una separación pequeña, pero no en exceso, y que estas estén dispuestas a no menos de 45º para que el refugio no sea muy grande y puedas mantener el calor en su interior.

Coloca aislamiento sobre las ramas

Si encuentras lonas o plásticos con lo que cubrirlo, sería ideal (te ahorrarás tiempo y esfuerzo). Pero si no lo consigues, puedes optar por ramas con hojas muertas o musgo. En este paso, si ves que necesitas más ramas para añadir sujeción, puedes colocarlas.

En el aislamiento es mejor pasarse que quedarse corto, recuerda que esto es lo que te ayudará a mantener el calor en el interior de tu refugio.

Aislamiento para el suelo de refugio

Por último, solo te queda colocar un poco de ramas y musgo en el suelo de tu refugio, para que este sea más cómodo y te ayude de mantenerte en calor.

¡Y Listo! Ya tienes los conocimientos básicos para poder crear tu refugio de supervivencia si te encuentras en una situación de emergencia.