La Legión es una de las fuerzas militares más reconocidas del Ejército español. Se trata de una unidad especial caracterizada por su alta cualificación, valentía y sentido del honor. En definitiva, una unidad afamada y admirada, a partes iguales.

Su reconocimiento se debe al importante papel que ha jugado en todo tipo de misiones internacionales, participando en diferentes conflictos bélicos. La Legión es esa unidad que muestra el mayor exponente de lo que significa formar parte del ejército: la lealtad. Un mito que se acrecentó con historias tan descarnadas como la descrita en el Novio de la Muerte.

Fotografía de Davric (Dominio Público)

¿Pero cómo surgió la Legión? ¿Cuáles son sus orígenes? La historia detrás de la Legión surge de la necesidad del ejército de proteger los últimos territorios de España, más allá de la península. Un origen que, por cierto, os recordará a conflictos que hemos vivido en los últimos años, a buen seguro. ¡Acompáñanos en esta apasionante historia!

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Origen de la Legión, la iniciativa de Millán Astray

La historia de la Legión Española se remonta a hace 100 años. El 20 de septiembre de 2020, para ser más exactos, fue el día en el que oficialmente se fundó la Unidad Militar del Tercio de Extranjeros, conocida como la Legión, cuando se alistó el primer soldado. Ahora bien, para llegar a este punto, hubo un largo proceso detrás, como vamos a ver a continuación.

A finales del siglo XIX, España había perdido los últimos territorios de ultramar, como eran Cuba y Filipinas. Sin embargo, años más tarde recibió el norte de Marruecos en la Conferencia de Algeciras, donde estableció un protectorado, con capital en Tetuán.

La Guerra de Rif

Pronto comenzaron el hostigamiento de las tribus del Rif, asentadas en las montañas. Sus ataques fueron tales que desencadenaron en la Guerra de Melilla y en conflictos como la Semana Trágica de Barcelona, donde fueron llamados a acudir al conflicto a personas de nula preparación militar.

Años más tarde, debido a las continuas revueltas de las tribus, hasta que llegó el detonante final: la Segunda Guerra de Marruecos. Conocida también como la Guerra del Rif, comenzó en el 1911 y pronto puso de relieve uno de los problemas con los que contaba el Ejército Español, como era la escasa preparación de las tropas. Las continuas derrotas y la creación de los Grupos de Regulares se antojaban insuficientes para hacer frente a este conflicto.

Es, entonces, cuando el Teniente Coronel y oficial de Regulares José Millán Astray pensó en crear una nueva unidad. Millán Astray había demostrado con creces su liderazgo y valía desde hacía mucho tiempo, llegando a dirigir a soldados en la Guerra de Filipinas, ¡con apenas 17 años!

Pensando en las características que tenía la legión francesa,que combatía en el exterior para crear una unidad específica, convenciendo al Rey Alfonso XIII. Tal es así que el 28 de enero de 1920 se publicó el Real Decreto sobre la creación de la Unidad Militar denominada como Tercio de Extranjeros.

La influencia de Millán Astray se hizo patente desde el primer momento de la creación de la Legión. Deseaba crear una unidad temida en el extranjero, tomando como referencia los Tercios de Flandes, configurando una fuerza militar conformada por heroicos y valientes soldados que, en caso de ser necesario, darían su vida por España.

Además de tomar como ejemplos a la Legión Francesa o a los Tercios de Flandes, Millán Astray tomó como ejemplo a los samuráis, debido a que las virtudes del alma japonesa, descrita por el propio Astray como “caballerosa, guerrera, sencilla, de culto profundo a los antepasados y veneración religiosa a su Emperador, que representa para ellos a Dios y a la Patria”, en el prólogo del libro Bushido.

Primeros Voluntarios y la llegada de la Esencia de la Legión

Desde un primer momento, se concibió como un cuerpo para españoles y extranjeros. Un lugar en el que además se ofrecía la posibilidad de hacer carrera militar y de incluso tener posibilidades de llegar a ser oficial.

Millán Astray recibió el mando del Tercio de Extranjeros el 2 de septiembre de 2020. Sin embargo, él mismo decidió que fuera reconocido oficialmente el 20 de septiembre el día del nacimiento de la Legión, en el que se alistó Marcelo Villeval Gaitán, natural de Ceuta y primer Legionario.

Cuando se abrieron los banderines de enganche, en tan solo 3 días se alistaron 200 voluntarios procedentes de Cataluña, donde se constataron las célebres frases de Millán Astray y que muestran el comienzo de los que supondría la Legión:

“Y vino el alud de Barcelona, los doscientos catalanes, la primera esencia de la Legión, que bajaron arrasándolo todo y sembrando el pánico por el camino. Era la espuma, la flor y nata de los aventureros. Era el agua pura que brotaba del manantial legionario. ¡Bien venidos, catalanes legionarios; vosotros seréis la base sobre la que se construirá la Legión!”

El hecho de ser una unidad abierta e internacional, donde la llamada a la gente para redimirse o a la búsqueda de nuevas aventuras, pronto caló. Llegaron jóvenes de todas las partes del mundo, desde Cuba a Nueva York, incluso de países como Turquía o Japón.

La defensa de Melilla, el hito de la Legión

Pronto, Millán Astray consiguió reunir y organizar hasta 6 batallones o banderas diferentes, comandados por él mismo, Franco, Cirujeda, Candeira Sestelo, Villegas y Liniers. Por su parte, Franco sería designado como el segundo al mando de la Legión.

Sin embargo, la Guerra del Rif continuaba y el ejército comandado por Abd el-Krim provocó la mayor victoria del conflicto sobre el ejército español ,en el verano de 1921.

Se calcula que más de 11.000 personas, entre españoles e indígenas de Regulares, fallecieron en la contienda conocida como el Desastre de Annual, donde más de la mitad de los fallecidos fueron ejecutados al rendirse. El Monte Arruit había quedado totalmente ocupado, sitiando Melilla.

Ante la llamada al auxilio, la I Bandera, comandada por Franco, acudió al rescate desde Rokba el Gozal, uniéndose para tal ocasión la III Bandera y la cuarta compañía de la II Bandera. Para ello, recorren 100 km en 30 horas, a pie, para luego llegar a Ceuta, donde reciben las noticias de la situación que se está viviendo en Melilla.

Ahí, Millán Astray reúne a los legionarios, antes de embarcar, en una arenga recordada para la historia:

“¡Legionarios!: si hay alguno que no quiera venir con nosotros que salga de filas, que se marche, queda licenciado ahora mismo… ¡legionarios!: Ahora jurad: ¿Juráis todos morir si es preciso en socorro de Melilla? ¡Sí, juramos! ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!”

La llegada de la Legión, junto con otros apoyos, como los Regulares desde Ceuta o el Regimiento de La Corona desde Málaga, los rifereños cesaron sus ataques y decidieron tomar posiciones en el entorno del Monte Gurugú. Era el 26 de julio.

Los Legionarios del Tercio, en los siguientes días, se encargaron de proteger diferentes posiciones en defensivas aisladas, en los alrededores de Melilla, creando un perímetro de seguridad que asegurara el aprovisionamiento de la ciudad y relevo de otras unidades. A pesar de la compleja orografía, propicia para las emboscadas de los rifereños, los cuales conocían mucho mejor el terreno, los Legionarios supieron mantener a raya los diferente ataques.

Así sucedió el 8 de agosto, por ejemplo, repeliendo un ataque hacia un convoy, sin sufrir apenas una baja y provocando numerosas en el bando rifereño. También es bien conocido el episodio acaecido el 15 de agosto, donde la ametralladoras legionarias protegieron a las fuerzas de caballería y regulares ante su avance, en el flanco izquierdo de Sidi Amarán, asegurando la zona.

Para ello, la II Bandera llegó a estar completamente rodeada y no llegaron a ceder el terreno, con tan solo 3 bajas y un papel heroico, por parte del teniente Valero.

Posteriormente, la Legión avanza en los ataques de las barrancadas de Frarhana, el 23 de agosto y posteriormente en Tizza. Tras cada reconquista que llegaba en el ejército español, tocaba proteger la zona. La Legión tuvo un papel fundamental en la protección de estas posiciones y de su aprovisionamiento, el cual se realizaba a través de un tren blindado.

Este tipo de maniobras, a la postre, serían fundamentales par que el ejército lograra salvar Melilla del Desastre de Annual y que, a posteriori, se reconociera la impecable labor de la Legión.

El Origen de El Novio de la Muerte

El origen de la Legión está íntimamente ligado con la tonadilla conocido como El Novio de la Muerte, el himno de la Legión famosa, sobre todo por la Semana Santa. Ahora bien, ¿quién es el novio de la muerte?

Se trata del primer legionario caído en combate: Baltasar Queija de la Vega, fallecido el 7 de enero de 1921 en Beni Hassán. Era un soldado onubense que murió en combate y que había trabajado de camarero, antes de embarcarse en la Guerra del Rif.

Sus compañeros rescataron unas notas de su bolsillo, donde se explicitaba el fallecimiento de su novia y contenía una serie de versos en los que el cabo deseaba morir en combate para poder reunirse con ella.

Estos versos fueron tomados por Fidel Prado Duque y Juan Costa Casals para hacer la tonadilla que hoy conocemos, siendo interpretada por Lola Montes el 20 de julio de 1921 en Málaga y días después en Melilla.

Desde entonces, se convirtió en el himno de la Legión hasta nuestros días. A pesar de contar con 100 años de vida, el misticismo de la Legión sigue vigente, como el primer día.