La Cruz de San Andrés, también conocida como crux decussata o cruz en aspa, debe su nombre al apóstol San Andrés, hermano de San Pedro. Según la tradición cristiana, San Andrés fue martirizado en la ciudad de Patras (actual Grecia), donde fue crucificado por predicar el cristianismo. A petición propia, pidió no ser crucificado en la misma forma que Cristo, por lo que se usó una cruz en forma de “X”. Esta cruz oblicua pasaría a ser su símbolo y un signo de humildad y fe inquebrantable.
A lo largo de los siglos, la figura de San Andrés fue adquiriendo gran relevancia en distintas regiones de Europa, convirtiéndose en patrón de Escocia, Rusia, Grecia y también de numerosas localidades españolas. Su cruz sería adoptada como símbolo heráldico, militar y religioso.
La Cruz de San Andrés en la heráldica europea
Desde la Edad Media, la cruz en aspa ha tenido un lugar destacado en escudos y estandartes nobiliarios. Uno de los casos más relevantes es Escocia, cuyo estandarte nacional está compuesto por una cruz de San Andrés blanca sobre fondo azul, convirtiéndose en un símbolo identitario central del país.
En la heráldica española, sin embargo, su uso más icónico llega a través de la adopción por parte de la Casa de Borgoña, lo que llevaría este símbolo hasta los campos de batalla en Europa, Asia y América.
Los Habsburgo y la expansión de la Cruz de Borgoña
La Cruz de San Andrés fue incorporada en los símbolos de la Casa de Austria (Habsburgo), especialmente a partir del reinado de Carlos I de España (Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico). El emperador hizo de la cruz de San Andrés un emblema que acompañaba a los soldados españoles en sus conquistas.
La Cruz de Borgoña, tal como se conoce en este contexto, es una variante de la cruz de San Andrés con forma de ramas leñosas cruzadas en aspa. Representaba los vínculos de la monarquía española con la Casa de Borgoña y el legado imperial que Carlos I heredó por parte de su madre, Juana la Loca.
Uso militar: los Tercios y la guerra
Desde el siglo XVI, la Cruz de Borgoña fue el estandarte oficial de los Tercios Españoles, las unidades militares más temidas de la época. Ondeaba en batallas legendarias como Lepanto, Pavía, Nördlingen o en la defensa de los Países Bajos contra los protestantes.
Cada unidad de los Tercios podía personalizar su bandera, pero la cruz de San Andrés era el eje común de todas ellas, símbolo de la corona y de la disciplina férrea de las tropas imperiales. También estuvo presente en la conquista de América, donde se convirtió en símbolo del poder español en el Nuevo Mundo.
Simbolismo: fe, poder y sacrificio
El significado de la cruz de San Andrés va más allá del simple diseño geométrico. Desde un punto de vista religioso, representa el martirio y la humildad, por la negativa de San Andrés a igualarse a Cristo.
En un plano político y militar, esta cruz oblicua pasó a ser sinónimo de lealtad al rey, disciplina, autoridad y poder imperial. En la cruz de Borgoña se entrelazan así lo religioso y lo bélico, lo espiritual y lo político.
Incluso su diseño tiene una simbología implícita: la forma en aspa sugiere un cruce de caminos o de destinos, una intersección entre la tierra y el espíritu. En el contexto de los ejércitos, también puede verse como una advertencia: una señal de cruce peligrosa, un recordatorio de que no se avanza sin sacrificio.
Presencia actual en España
En la actualidad, la Cruz de San Andrés sigue presente en diversos ámbitos de la cultura, la simbología oficial y la heráldica española:
Ejército español: muchas unidades, especialmente las relacionadas con la historia de los Tercios, conservan versiones estilizadas de la Cruz de Borgoña en sus emblemas y banderas.
Comunidad Autónoma de Castilla y León: la cruz en aspa aparece en numerosas localidades y escudos municipales, como parte de su herencia castellano-burgalesa.
Procesiones y celebraciones religiosas: en muchas fiestas patronales del norte de España (Galicia, Asturias, Cantabria), se utiliza la cruz de San Andrés como emblema devocional.
Recreaciones históricas: cada vez más eventos culturales rememoran la historia de los Tercios y sus símbolos, revitalizando la cruz como parte del patrimonio histórico español.
Controversias y reinterpretaciones
Como otros símbolos históricos, la Cruz de Borgoña ha tenido interpretaciones y controversias, especialmente en contextos modernos donde se cuestiona el legado colonial o militar. Algunas personas han tratado de identificarla con ideologías concretas, sin tener en cuenta su verdadero origen ni su dimensión histórica.
Sin embargo, hoy en día hay un consenso amplio entre historiadores y estudiosos de que la cruz de San Andrés es, sobre todo, un símbolo cultural, heráldico y religioso, que ha formado parte de la historia de España y Europa durante más de 500 años.
Conclusión: una cruz, muchos significados
La Cruz de San Andrés es mucho más que un simple diseño en forma de “X”. Es un símbolo con múltiples capas: religiosa, militar, histórica y política. En España, a través de su versión borgoñona, ha sido testigo de imperios, batallas y transformaciones sociales.
Hoy sigue viva no solo en escudos y uniformes, sino también en la memoria colectiva de quienes valoran el pasado como una fuente de identidad. Conocer su historia es entender mejor una parte esencial del alma militar e histórica de España.